Máxima y Guillermo de Holanda dejan de lado el protocolo para convertirse en perfectos granjeros
No hay duda de que la Familia Real holandesa es una de las más involucradas con los distintos actos sociales. Más allá de acudir a los eventos institucionales propios de su agenda, Máxima y Guillermo de Holanda dan cabida a algunas citas con las que dejan el protocolo en un segundo plano. Esto es precisamente lo que ha ocurrido en la última ocasión, cuando han ejercido como perfectos granjeros en la que ya se ha convertido en una de sus apariciones públicas más especiales de este 2022.
Máxima y Guillermo de Holanda en Brielle / Gtres
Los Reyes de los Países Bajos se trasladaron el pasado día 12 de marzo a la finca Op Aarde en Brielle, municipio de la Holanda Meridional que ocupa la antigua isla Voorne. En este enclave tan inusual, el monarca holandés y su esposa tenían como único objetivo aportar su granito de arena en el conocido como NLdoet, el Día Nacional del Voluntariado, llevado a cabo por decimoctava vez por la Orange Fund, organización presidida por ellos mismos. En esta cita campestre, la argentina y su esposo han estado acompañados por otros voluntarios y trabajadores de esta granja, los cuales les han guiado en una andadura que no ha pasado desapercibida en ningún rincón de Europa.
Como no podía ser de otra manera, tanto Máxima como Guillermo se han implicado al máximo en este nuevo rol para ayudar a los allí presentes en la medida de lo posible. Teniendo en cuenta el tipo de evento al que iba a hacer frente, la Reina se enfundó en un look de lo más cómodo, compuesto por una sudadera blanca, unos jeans y unas zapatillas. Un outfit muy acorde con la ocasión con el que se pudo ver a la consorte lijando un banco del jardín de la finca, el cual quedó perfectamente preparado para dar la bienvenida a una primavera que está a punto de dar su pistoletazo de salida. Pero esa no fue la única labor a la que hizo frente la argentina. La esposa del Rey también se adentró en el establo de esta granja, lugar en el que se producen los alimentos que posteriormente se venden. Sin reparo alguno y con rastrillo en mano, Máxima limpió la zona en la que conviven cabras y ovejas, una función para la que necesitó unas botas verdes y unos guantes, mientras que los trabajadores le explicaron en qué consistía su día a día.
Máxima de Holanda en Brielle / Gtres
Quien también puso toda la carne en el asador fue el hijo de Beatriz de los Países Bajos. El Rey Guillermo Alejandro no dudó en protegerse con unos guantes para posteriormente coger unas tijeras de poda y ponerse a arreglar unos perales en compañía de otros jardineros que hacían lo mismo con el resto de árboles de la zona. De hecho, el monarca quiso ensalzar la labor de los voluntarios en el país: “Holanda no puede prescindir de voluntarios, Holanda se paralizará sin voluntarios”, desvelaba él mismo, haciendo referencia al impecable trabajo que se está llevando a cabo en Hrskamp para acoger a los refugiados de la guerra de Ucrania.